Confieso que en los últimos tiempos he visto programas de TV impresentables, con contertulios impresentables y con presentadores a su altura. Supuestos debates donde se criticaba al gobierno de Rajoy por los disparates que está haciendo en este pais. Contertulios de un signo u otro, los socialistas acusando al PP de todo, con mucha razón, y los del PP respondiendo que era culpa de lo que se habían encontrado, también con parte de razón. Insignes socialistas reclamando que se haga pagar IBI a la Iglesia Católica, los mismos insignes socialistas que, cuando estaban en el gobierno, aumentaban la aportación del Estado a la Iglesia y permitían, por omisión, que la Iglesia no pagase IBI por inmuebles que no están dedicados al culto ni acción pastoral, como marca la legislación.
Tenemos un problema de credibilidad del discurso de los socialistas porque ¿cómo vamos a creer en los que predican lo que no han hecho cuando lo podían hacer? ¿Estamos legitimados para pedir que el PP haga las políticas progresistas que nosotros no hemos tenido los cojones de hacer?
Los
partidos socialistas (PSC y PSOE) tienen que hacer un ejercicio previo de
autocrítica porque tienen su parte de responsabilidad en el tema, en la
situación que vivimos, la ducha socialista. A los gobiernos socialistas (locales, autonómicos y estatales) ya les iba bien la burbuja de la construcción, se llenaban las arcas de impuestos de todo tipo y ¡a gastarlo!. Los del PP también. Pero el ciudadano no olvidará fácilmente las cagadas
que se han cometido (devolución de 400
€, tarifa plana de 2500 € por hijo, economía de "champions league", brotes verdes, vamos a crear empleo,
líneas de AVE a Mataburros de Abajo, etc.). No podremos olvidar los recortes de prestaciones, los indultos a
banqueros amigos de Botín y los cargos blindados de militantes socialistas en grandes
empresas y corporaciones (Narcís Serra en la intervenida Caixa
Catalunya, Salgado ahora en ENDESA, otros en Telefónica, consejeros del
PSOE en el consejo de administración de BANKIA, etc.) ni el aumento de
aportaciones a la Iglesia católica.
Esta situación quita toda la
credibilidad a las críticas, justas por otro lado, a la nefasta gestión y choriceos del PP
dándoles argumentos para decir aquello del "Y tu más!" y lo de la
"herencia". Cuando nos hayamos duchado y quitado toda la mierda que
hemos ido acumulando en bastantes años sin ducha, poniéndonos perfumes para no oler mal, el discurso socialista
puede que vuelva a tener credibilidad ante el ciudadano.
Primero ducharse y luego volver a trabajar. Frotando fuerte aunque escueza. Porque, aunque el vecino tenga su
casa hecha una pocilga, si tenemos la nuestra es desorden, no tenemos
ninguna autoridad moral para criticarle.
Hay que ser ejemplares. De lo contrario, el
ciudadano pensará (ya lo piensa, de hecho) que todos son iguales y acabarán dando la razón a
formaciones de tipo fascistoide (PxC, Manos Limpias y los que
aparecerán todavía) que se llevarán al electorado desencantado, que cada vez es mayor.
Y pregunto yo, ¿qué cara de gilipollas hemos de poner al pedir que la Iglesia pague IBI, cuando lo hemos podido hacer y no ha habido cojones de hacerlo y en muchos casos se ha hecho lo contrario?
Y pregunto yo, ¿qué cara de gilipollas hemos de poner al pedir que la Iglesia pague IBI, cuando lo hemos podido hacer y no ha habido cojones de hacerlo y en muchos casos se ha hecho lo contrario?
¿Qué es eso de no pedir una comisión de invistigación en el Congreso sobre la peor crisis financiera de España (BANKIA)? ¿Acaso nos da miedo que pringue alguno de los nuestros (bueno será de los "suyos")?
Pero... ¿nos hemos vuelto locos o qué?
Pero... ¿nos hemos vuelto locos o qué?
Y como ha dicho Carme Chacón, "caiga quien caiga". El que la hace, la paga, sea del color que sea.
Sí no, no sirve.
Sí no, no sirve.