28 de setembre del 2012

ME LA TRAE AL PAIRO




Me preguntaron:
- ¿Estas a favor de la independencia? Dije que no.
- Luego, estas en contra. Dije que tampoco.
- ¿Entonces, que posición tienes?, y mi respuesta fue el título de esta entrada de blog,
- Me la trae al pairo...

Creo que la cosa requiere más explicaciones.

Desde mi punto de vista estamos ante un falso discurso, el de la independencia de Catalunya, que parece que vaya a ser la solución a todos nuestros problemas y que algunos, sobre todo desde la derecha nacionalista (CiU) están usando como cortina de humo para esconder su mala gestión y su modelo perverso de país. Si la opción es entre una Catalunya convergente o una España pepera, la verdad es que me reitero, me la trae al pairo. La única diferencia es que CiU lleva barretina y Rajoy lleva monteira.

Casi olvidados los agravios a mi lengua y cultura por parte del general Franco, y viviendo en un país, que es el mío, donde puedo expresarme en catalán a todos los niveles sin ningún problema, donde rige el código civil propio y donde la cultura e identidad catalana no está discriminada, hoy el tema identitario no me preocupa lo más mínimo. La prueba es que estoy escribiendo en castellano, y no por falta de conocimiento del catalán sino porque así me entiende más gente, de aquí y de allá. Porque soy catalán plenamente, 100%, y sin complejos, ni de inferioridad ni de superioridad. En cambio, hoy en día, sí que me preocupa que las Escoles Bressol (guarderías) hayan visto reducida la aportación de la Generalitat (esa que se llena la boca de la palabra Catalunya) de 1600 € anuales a 800 €. Que esa misma Generalitat (gobernada por CiU) haya reducido 3000 maestros a pesar del aumento de 30.000 alumnos. Que ahora se tenga que añadir al copago que teníamos en los medicamentos (40% en régimen general), 1 € por medicamento, mientras ese mismo gobierno suprime los impuestos a las grandes fortunas. Que los enfermos que comen en el hospital tengan que pagarse la comida. Que en lugar de ir en vehículos especializados tengan que ir al hospital en taxi. Que este gobierno (me refiero al de CiU) aquí utilice palabras grandilocuentes y en Madrid apoye la Reforma Laboral del PP que está destruyendo empleo de forma masiva. Que el propio conseller de Sanitat favorezca las mutuas y clínicas privadas, a las que está estrechamente vinculado. Que se cierren ambulatorios, se reduzcan especialidades y horarios de atención. Que se pare la construcción de nuevos hospitales, ambulatorios y escuelas. En resumen, una Catalunya independiente gobernada por CiU sería la misma mieeeeeeeerda que la España de Rajoy. Los mossos de escuadra con el Felip Puig no son mejores que los cuerpos de seguridad del Estado, reparten leña igual al que discrepa de la línea oficial. PP y CiU, por igual, reducen sueldos, quitan pagas y fomentan el paro y la precariedad de los trabajadores. Porque el problema más grave no es Catalunya-España (eso nos quieren hacer creer), el problema se mueve en el eje derecha-izquierda, ricos-pobres, conservadores-progresistas, o como coño lo queráis llamar, y el discurso independentista de CiU no es más que una cortina de humo para tapar su total inutilidad e incapacidad para resolver los problemas de la gente de este país. Bueno, de resolver los problemas de la gente trabajadora, de los corruptos, chorizos, grandes burgueses no, a esos sí que les han solucionado muchos problemas. CiU tiene el mismo modelo de país que el PP, salvo la lengua, la bandera y el himno. Como todos los nacionalistas, ambos quieren desmantelar el estado del bienestar del que disfrutan los trabajadores. El que quiera sanidad que se la pague, ellos tienen mutua privada. El que quiera educación también, sus hijos van a la universidad privada. ¿Becas? ¿Para qué? Que es malo para el país (el suyo, no el mío) que los hijos de los trabajadores puedan estudiar en la Universidad, que luego los abogados, ingenieros, arquitectos y médicos hijos de trabajadores están en pie de igualdad con sus hijos, ¡hasta ahí se podría llegar! Lo que hace falta es mano de obra barata y dócil. Para mí, esos son los problemas, los reales, que una independencia no resolverá. Y muchos más, no voy a hacer la lista aquí.
Por otro lado estoy harto del mismo discurso identitario y vacio por parte española. Que si la "nación española", Cervantes, Lepanto, los Reyes Católicos, Gibraltar y la isla de Perejil. Lo de la indisolubilidad de la patria y todo el carajo. Vamos a ver... la patria, como el matrimonio, se mantiene mientras lo quieran las partes y basta con que una de las dos quiera el divorcio como para que eso sea efectivo y Catalunya, como cualquier otro territorio, tiene derecho a decidir lo que quiere ser. Y más Catalunya, que tiene una fuerte identidad, cultura e historia propias, diferentes del resto de España aunque coincidentes en muchos aspectos. ¿Cómo, con qué cara se puede defender el derecho de autodeterminación saharaui o palestino y negárselo a Catalunya? Al PP ya le va bien tener a Catalunya en España, que aporte, que se le pueda ningunear sus leyes (como Alfonso Guerra cuando chuleaba que le "iban a pasar el cepillo al Estatut"), sus inversiones y que se le pueda echar la culpa de todos los males a esos catalanes insolidarios y separatistas. Hitler les echaba la culpa de todo a los judíos. Como aquí hay pocos, los catalanes jugamos ese papel. La pertenencia a España no mejora la situación de los ciudadanos de Catalunya, pero tampoco la empeora, pero no se puede negar el derecho a un pueblo a decidir sobre su futuro.
La independencia, o no, de Catalunya no es el problema, ni tampoco la solución, que quede claro. Y me sabe mal que el nacionalismo consiga alienar mentalmente a una parte de la población hasta el punto de creer que, sin España, esto sería Jauja, que ataríamos los perros con longanizas y nadaríamos en la abundancia y bienestar. Incluso tengo serias dudas de que un estado independiente fuese más rentable, porque las economías de escala no lo favorecen. Habría que gastarse una pasta en ejército propio (pacifistas: abstenerse de opinar), embajadas en todas partes, más administración pública, aduanas, puertos, refinerías, nucleares, desalinizadoras, servicio propio de correos, seguridad social (pensiones) propia, etc. Esos costes, repartidos entre 47 millones son menores que entre 7 millones.
Podría escribir más pero de momento ya es suficiente. Por eso, la posible independencia, o no, de Catalunya me la trae al pairo.