11 de desembre del 2011

QUE ME LO EXPLIQUEN

Ya  llevo días dándole al coco y no lo entiendo. A ver si alguien me lo explica. A ver si alguno de los casi 6000 lectores que ha tenido este blog es capaz de explicármelo, a mí y a muchos que no entendemos nada de nada. Será que soy “de ciencias” y me falta inteligencia emocional... o que soy tonto del culo. Bueno, yo y media humanidad. No entiendo eso de la deuda, las primas de riesgo y los mercados financieros. O quizás sí lo entienda y entonces es que no me gusta lo que entiendo.

Os explico mi planteamiento y mis dudas.

El gobierno necesita, pongamos, 100 unidades para hacer su presupuesto, 90 de ellas para pagar sanidad, educación, funcionarios, pensiones, ejército, embajadas, casa real, hacer inversiones, carreteras, AVE, subvenciones y 10 para pagar la deuda anterior, es decir el capital a amortizar (5 unidades) y los intereses (otras 5 unidades). Como sólo dispondrá de de 96 unidades, como ingresos, resulta que a final de año le faltarán, deberá 4 que no habrá podido pagar. Para pagar esos 4 que le faltan emitirá deuda, bonos o como coño se le quiera llamar. Y los “mercados” (seguramente los chinos que tienen viruta de sobras o los jeques árabes o inversores en paraísos fiscales, esos son los que nos están jodiendo) compran esa deuda con intereses suculentos más una “prima de riesgo”, es decir te dicen que compran 4 pero el país les pagará 5 dentro de un año, por poner un ejemplo y en números redondos. ¿Con eso qué pasa? Pues que el año que viene, sin incrementar los gastos ordinarios (ni más paro ni nada) ni las inversiones (90 unidades) resultará que el Estado tendrá un déficit de 5 en lugar de los 4 que había tenido en año anterior. Y, como el déficit va aumentando, los acreedores confían menos en el país y al perder confianza en su capacidad de reembolso de la deuda (mayor riesgo) le cobran los intereses más caros, con lo cual lo que eran 4 unidades, se convierte en 5, luego en 6, 8, 10... ¡¡¡bouuuuuummm!!! Si a eso le sumamos que hay crisis y que los ingresos, que eran de 96, bajan a 95, 94, 92... la cosa se dispara  y ¡¡¡catacrac!!!

¿Soluciones? Varias se me ocurren, sin recurrir a las oraciones, ni milagros marianos. Matemáticas, un poco de sentido común y mucha mala leche. Pero debe haber algún fallo en mi razonamiento porque lo que oigo en el Telediario es otra cosa, ya sea de Zapatero o de Rajoy (el del milagro “mariano”). Por eso pido ayuda, desde mi humilde y limitado intelecto, a ver si alguien acude en mi ayuda, me ilumina y me saca de mis errores. Probablemente una buena solución sea una mezcla de un poco de cada una de esas que yo menciono a continuación, aunque algunos parece que sólo vean una de ellas.

Solución A: el recorte.
Recortar el gasto  hasta que deje de haber déficit. Es decir, si los ingresos son de 96 pues recortar el gasto hasta que sea de 96, o mejor de 95, para ir amortizando la deuda anterior más cómodamente. Claro, lo que pasa es que el tijeretazo se hace allá donde menos habría que hacerlo y no se recorta donde sí habría que recortar: subvenciones a la iglesia y ONGs, casa real, embajadas, los caros juguetes que les compramos a los militares para nuestra "defensa", gastos protocolarios y de los políticos, ayudas para el rescate de bancos, etc. Claro, lo fácil es quitar los 420 € a los parados de larga duración y sin prestación, poner copago en las recetas, bajar el sueldo a funcionarios, pensionistas y parados, recortar servicios sanitarios y educativos, etc. Para hacer esto no hace falta ser Premio Nobel de Economía ni catedrático de Harvard, el tendero de la esquina podría ser un excelente ministro de economía. O mi tía Pepa.

Solución B: New Deal (haz click y verás qué es eso)
Incrementar los ingresos. ¿Cómo? Aumentando la inversión productiva para generar riqueza y que aumenten los ingresos. A esto se le llama política keynesiana, si no recuerdo mal. Sería algo así como el “Plan Zapatero” pero bien hecho. Es decir, en lugar de dar barra libre a los peores gestores públicos del país (ayuntamientos) para poner jardineras, soterrar contenedores y líneas telefónicas y hacer centros culturales, y otras "inversiones" completamente improductivas, poner dinero público a disposición de emprendedores con proyectos que reúnan requisitos de viabilidad, crecimiento y creación de empleo. En lugar de ayudar a los bancos con dificultades y darles dinero para que lo repartan entre sus accionistas y directivos, dejar que se hundan y cuando estén con la mierda hasta la boca usar ese dinero público para comprar los bancos a precio de saldo, aquello simbólico de "por 1 euro", para que sean de todos, y que los accionistas del banco se vayan a tomar por culo.

Algo parecido fue lo que puso en pie Franklin D. Roosevelt para sacar a EEUU de la Gran Depresión de 1929 y funcionó. Y muy bien por cierto. ¿Por qué,  con los cambios y adaptaciones que haga falta, no intentamos algo así ahora?

Solución C: El corte de mangas
Fijémonos en las cifras que he puesto. Aunque orientativas, ahí hay una posible vía de solución.  ¿Cuánto eran los ingresos?: 96. ¿Y los gastos ordinarios (no financieros)? :90. ¡Pues ya está! Me sobran 6, que voy a dedicar a las inversiones productivas de la “solución B”. Con ese dinero, esos 6 que me sobran, vamos a crear un GBN, Gran Banco Nacional,  al que podrán acudir todos los ciudadanos y empresas a pedir créditos a bajo interés y con garantías razonables. ¿Y la deuda y los intereses?: Corte de mangas, moratoria, suspensión de pagos financiera, ¡que les den!, que ya pagaremos cuando haya producción y superávit. Pero, 
-¡Eso no se puede hacer!, me direis. 
-¿Cómo que no?, a ver ¿quién tiene el poder político, quién hace las leyes? ¿El Congreso?
Pues que el Congreso haga una “Ley de Moratoria de la Deuda” (o "Ley del corte de mangas a los especuladores internacionales", chinos, S&P, Islas Cayman, jeques árabes y bancos suizos) que contemple tres puntos fundamentales: Punto 1. Moratoria por 5 años, prorrogables, (por ejemplo) de la deuda pública a un interés fijo marcado por la misma ley, por ejemplo al 1 %.  Punto 2. Suspensión temporal de todas las ejecuciones hipotecarias a personas físicas. Punto 3. Abrir la posibilidad de moratoria de créditos a las empresas que lo justifiquen documentalmente (como un ERE pero en lugar de contra los trabajadores contra los bancos). Ni un embargo más, ni una familia más sin casa por ejecución hipotecaria de un banco, ni una empresa cerrada por no poder pagar las deudas con los bancos.

¿Qué problemas presenta este planteamiento? Está claro. Los “mercados” dejarían de confiar en nosotros, porque no les devolvemos la deuda. Es como si hubiésemos hecho una suspensión de pagos parcial. ¡Pues lo siento por ellos!. Y por ello no nos prestarían más dinero. Pero ... ¡ni falta que nos haría!, ¡si el dinero que nos están prestando es para pagarles a ellos a su vez!. Si eliminamos la deuda financiera pasaríamos de tener déficit a tener superávit, podríamos invertir con nuestros propios recursos, sin pedir prestado, producir y crecer y, dentro de algún tiempo (¿5 años quizás?), podremos volver a pagar lo que debíamos. No se trataba de impago, sólo de un retraso en el pago. Si no lo hacemos así nos iremos endeudando más y más y más, e iremos a peor. O habrá que recortar servicios básicos y necesarios a los sectores de población más necesitados (solución A). Y además el consumo interno disminuye, se vende menos, las empresas ganan menos y la economía entra en una espiral de recesión: hay menos dinero, se compran menos coches, se fabrican menos, el fabricante despide trabajadores, hay más parados,  hay menos dinero, etc.

Esto es una partida de cartas y hay que ganarla. Por un lado estamos nosotros y por el otro los especuladores, los tahúres del Mississipi, los sinvergüenzas. Con las reglas actuales no se puede ganar porque ellos tienen mejores cartas porque se las han repartido antes. Pues cambiemos las reglas, ¡hagámosles trampas, coño!, sin complejos, sin remordimientos, que nos han estado desplumando durante mucho tiempo esta pandilla de trileros. Para eso tenemos el poder político y la potestad de poner las reglas nosotros, ni la banca ni los "mercados". El día que seamos conscientes de que somos nosotros y no "los mercados" los que tenemos la sartén por el mango, es decir el poder, empezaremos a poder resolver los problemas.

Y probablemente una adecuada combinación de la solución A, la B y la C sea una propuesta razonable. habrá que recortar alguna cosa, hacer inversiones productivas y decirles a los mercados que aquí mandamos nosotros, no ellos. Pero yo sólo veo que todos propugnan la A, el recorte sin más, cada día más recortes y la genuflexión ante los mercados. La Merkel, el Zarkozy, el Mariano y hasta el tontolculo del Zapatero (lo siento compañero...afíliate al PP que es más próximo a tu práctica diaria).

Y vuelvo al principio. No lo entiendo. ¿Como podemos confiar en los pirómanos para que apaguen el fuego?.
Que alguien me lo explique. Que me explique por qué hay que rescatar bancos con dinero público y quitar subsidios a parados, rebajar sueldos a funcionarios, recortar inversiones, etc. y sobre todo, por qué los políticos dejan de ejercer el mandato que tienen de los ciudadanos de gobernar para ellos, para dejar que lo hagan los “mercados”, las agencias de cualificación y la Merkel de los cojones.

Y ya veréis cuando se aparezca la Virgen: vamos a tener 4 años “marianos”. De Mariano Rajoy claro.

2 comentaris:

Txorigorri ha dit...

Yo también creo que la solución al problema podría consistir en una adecuada combinación de las propuestas apuntadas. Lo que ocurre es que para que ello sea factible el Gobierno encargado de llevarlas a cabo ha de cumplir con dos premisas: 1ª- Que crea en ellas y tenga firme voluntad de hacerlas. 2ª- Que tenga la libertad y autonomía necesarias para poder realizarlas.

Respecto a la primera, ninguno de los dos partidos con opción a gobernar en España está dispuesto a ello, pues los principios ideológicos de ambas formaciones políticas están muy lejos de pretender servirse de tan revolucionarias medidas. Y en cuanto a la segunda, dado que España forma parte de la Unión Europea y de otros organismos internacionales, la libertad de movimientos que tiene el Gobierno de un país como el nuestro es limitadísimo, estando obligados a seguir los dictados de “Merkozy” y los “mercados” en el plano económico, a la OTAN o a EE.UU. (que es lo mismo) en el militar y a la Santa Madre Iglesia en el de conciencia (por si quedara alguna duda). Si nuestro país saliera en estos momentos respondón, nos ahogarían, como amenazaron con hacérselo a Grecia por el plebiscito popular que pretendió llevar a cabo Papandreu; el resultado a su insolencia ya lo conocemos.

LB ha dit...

Txorigorri,

En términos de póker, porque aquí estamos entre tahúres, Grecia se marcó un farol y se lo vieron. Porque si hacían el referéndum les cortaban el crédito y estaban tan jodidos que no podían ni pagar la nómina de funcionarios a final de mes.

Se trata de hacer los números bien y estar seguro de poder aguantar los envites de los tahúres profesionales, con una buena mano o haciendo más trampas que ellos. ¡Y con dos cojones!