2 de gener del 2013

PUBLICA versus PRIVADA


Es un debate eterno. Sanidad pública contra sanidad privada, enseñanza pública contra enseñanza privada, gestión pública contra gestión privada. Cada cual tiene sus preferencias. Normalmente los partidos de derechas apuestan por lo privado y los de izquierdas apuestan por lo público. Parece como sí el tema se redujese a pronunciarse políticamente sobre si se es de derechas o de izquierdas y, en consecuencia, si el modelo ideal para cada uno fuese ya fijado en función de su tendencia política. Pues no.

La contraposición entre pública y privada es una falsa alternativa. Según qué, cómo, cuándo y dónde. La auténtica duda es sobre si la gestión ha de ser buena o mala. Ver las ventajas y los inconvenientes de cada caso y hacer lo que toca. Hablamos, claro está, de los servicios públicos. Los privados está claro que son privados, pero, ¿qué gestión es la más adecuada para un servicio público?. Sin prejuicios, voy a exponer algunos puntos que les veo a cada una.

La gestión pública normalmente es llevada a cabo por organismos públicos, gobernados por cargos públicos y con una importante base funcionarial. Eso tiene algunas ventajas, como la estabilidad de las plantillas e independencia (teórica) del poder. Digo "teórica" porque es de todos conocido que muchas de la plazas son dotadas por amiguismo o nepotismo, lo que crea un cuerpo de funcionarios de oposición y otro de enchufe. Como no se persigue el beneficio económico sini el servicio (al menos teóricamente), hay una cierta tendencia a una gestión menos eficiente, en muchos casos. Lamentablemente demasiados.

De entrada, la gestión privada tiene un claro inconveniente, lógico por otra parte, que es la persecución de la obtención de beneficio económico por encima del fin social o público. Por otro lado, esta misma razón, les hace emplear esfuerzos en la obtención de una elevada eficiencia.

La diferencia está en que la mala gestión, cuando es privada, va contra los intereses del gestor privado (beneficios) y cuando es pública va contra los intereses públicos y las pérdidas las pagamos todos. Bueno, así debería ser aunque en algunos casos las pérdidas privadas las paguemos nosotros también. Yo he conocido, en otros tiempos, ayuntamientos que gestionaban directamente los servicios de agua, transporte, basuras, guarderías, etc., con resultados pésimos, tanto de servicio como económicamente. La solución aplicada fue la concesión del servicio a una empresa privada. El resultado fue una mejora notable de la gestión pero con un incremento del coste de ésta.

¿Podríamos tener una gestión pública sin sobrecargar plantillas, pérdida de eficiencia y malos resultados económicos? Sí, claro. Se trataría de una buena gestión pública, que en algunos casos ya se hace, pero son los menos. Se trata de optar entre buena gestión y mala gestión. Y claro, como lo publico es de todos, lo que a efectos prácticos significa que no es de nadie, existe una tendencia a la mala gestión.
¿Es eso posible? No, con la estructura administrativa y política actual, donde se usa la cosa pública para colocar amigos y controlar enemigos.

Lanzo dos preguntas:
¿Por qué si quiero hacerme una resonancia (o una endoscopia) por una mutua privada me la hacen en unos pocos días mientras que si es por la sanidad pública pueden tardar semanas o meses?
¿Por qué el absentismo es 5 veces mayor en la enseñanza pública que en la privada o concertada?

Mejorar la gestión pública es un trabajo duro, largo y en el que habría que pisar muchos callos, privilegios y derechos adquiridos. Los responsables políticos en cuya mano está el tema, no se atreven, se rinden y prefieren "externalizar" servicios. Yo no creo que la privada sea mejor, pero hay que introducir en la gestión pública elementos de gestión profesional y empresarial. Si no, se pervierte el resultado.

1 comentari:

Txorigorri ha dit...

Hay un modelo de gestión privada que siempre ponen como ejemplo los partidarios de la privatización de la gestión de los servicios públicos: la escuela concertada. Destacan el dato de que un puesto escolar en la escuela concertada es más barato que en la pública y con ello colman su mayor argumento. No discuto de que el dato sea cierto, sin embargo, el argumento es falaz porque el ahorro es a costa de la precarización y baja remuneración del personal contratado y de la calidad del servicio prestado. Los profesores de la concertada trabajan más horas y cobran menos que los de la pública, siendo la misma competencia que las empresas chinas hacen a las de los países occidentales con sus productos, sobreexplotando a los trabajadores y pagando sueldos míseros. Por otro lado, las escuelas concertadas falsean sus resultados académicos al practicar una política de selección del alumnado evitando que inmigrantes o niños con necesidades educativas especiales que requieren mayor esfuerzo y atención se matriculen en sus escuelas. Es decir, no es que la escuela concertada gestione mejor, sino que juega con reglas diferentes a la que está obligada la pública, siendo ésta la encargada de tapar los agujeros que deja la concertada.
Y el ejemplo escolar que he comentado lo podemos extrapolar a otro de los servicios públicos sobre los que la iniciativa privada está esperando hincar el diente. Sabemos que hay pretendientes de iniciativa privada que están deseando gestionar los grandes hospitales de la sanidad pública ¿los hay también para gestionar los ambulatorios y pequeños dispensarios dispersos por todos los pueblos de la geografía peninsular?. La deficiente gestión que las administraciones públicas hacen de los servicios que tienen encomendados sólo ha de tener una alternativa: mejorarla. Y parafraseando al expresidente Zapatero añadiría: cueste lo que cueste y le cueste el puesto a quien le cueste