11 d’abril del 2011

HAY QUE AUDITAR A LOS POLÍTICOS, NO A LOS AYUNTAMIENTOS



Acabo de leer, en un panfleto de UAM (Unió i Alternativa Municipal, a Calafell), algunos de sus puntos del programa. Espero que haya más porque la verdad es que es un programa muy pobre. Pobre y lo poco bueno ha sido copiado del de ADMC, y si hay duda  a las fechas de publicación me remito.  Pero hay varios puntos que merecen algún comentario, aunque me centraré, por ahora,  en uno de ellos: las auditorias anuales.
Vamos a ver, ¿qué es una auditoria y para qué sirve?.  En una empresa, donde en principio no existe control económico y el administrador puede hacer lo que crea oportuno (para eso lo es) la auditoria permite que los propietarios o accionistas verifiquen que las operaciones efectuadas son correctas, que las facturas se han pagado, que los ingresos se han contabilizado, etc. Esta auditoría, encargada a una empresa externa especializada, puede costar, para una empresa como el Ajuntament de Calafell, entre 20.000 y 30.000 € cada vez. Y ¿qué puede desvelar una auditoria?, en el 90% de los casos ABSOLUTAMENTE NADA que no se sepa ya, que todo se ha hecho correctamente o quizás con algún pequeño error sin demasiada importancia. En el caso de un ayuntamiento todavía es más ridículo porque el ayuntamiento tiene una serie de funcionarios que efectúan este control continuamente: el secretario/a, el interventor/a y el tesorero/a y es prácticamente imposible que se escape ni un euro por ahí. Por lo tanto, una auditoría municipal sirve, básicamente, sólo para gastarse el dinero del contribuyente y, si el auditor es un poco “amiguete”,  saldrá lo que se quiera, dentro de un orden. Es como hacer un caldo: si pones un hueso de jamón encontraras un hueso de jamón, si pones morcilla, encontraras morcilla pero si no pones pollo, tampoco encontraras pollo. Sacarás lo que pongas.  Dicho de otro modo, no sirve para nada en un ayuntamiento. Los informes de intervención, secretaría y tesorería contienen toda la información.
Otra cosa es saber si los políticos han percibido dinero de procedencia no muy clara. O sea, comisiones, ¡vaya!. Y eso ya es harina de otro costal. Eso no es tema de auditoría, eso es cohecho, un delito tipificado en el código penal. Y eso no se demuestra con una auditoría, porque, ¿alguien se cree que cuando un político corrupto cobra una comisión ilegal, éste extiende un recibo? : “Don XXXXX recibió 300.000 € en concepto de comisión por realizar una recalificación de los terrenos de Fulanito. Firmado XXXX”. No, no, los sobres o maletines no se registran contablemente y por lo tanto no los detecta la auditoria del ayuntamiento. El dinero negro va de otra manera. Para eso habría que ir a otros métodos: cuentas en Andorra, propiedades inmobiliarias, compra de coches, etc., ver si con un sueldo de 1.500 € o 2.500 o lo que sea, se puede llevar el ritmo de vida que llevan  y acumular, en poco tiempo, el patrimonio que tienen algunos. A los que hay que auditar es a los políticos. Como mínimo, habría que pesarlos antes de entrar y al salir del ayuntamiento. A ellos y a sus parientes próximos. Esa es la buena auditoría, lo demás es marear la perdiz.